Como muchos peregrinos adinerados que caminaron a Santiago de Compostela y a la tumba de Santiago a lo largo de los siglos, el obispo Diego de Guzmán (1566-1631) combinaba piedad honesta con asuntos oficiales. […] Guzmán recibió la orden del rey Felipe III de visitar Compostela en cumplimiento de la observancia por parte de los monarcas del Año Santo Jacobeo en 1610. En su calidad de emisario real, portador de obsequios oficiales en honor al patrono de España, Guzmán partió de Valladolid con numerosos compañeros y concluyó su viaje en el palacio real de El Escorial. El diario de viaje que llevó sobre su progreso y experiencias personales a lo largo del camino, presentado aquí por primera vez en traducción al inglés, fue escrito con la intención de presentar un relato oral apropiado para sus majestades a su regreso a la corte. --George D. Greenia, el traductor